El Vuelo del Hombre a través de los mundos. 3a Parte. Por Hector Olvera. etor@hectorolvera.com
El mundo esencial se encuentra dentro del mundo 48 y es ocultado, por la herencia legada vía vibraciones, por la dependencia de las cosas externas. Aquello de lo que se depende puede ser cualquier cosa que está alrededor, como las imágenes de sí mismos, la calidad o color de la ropa, sus opiniones, etc. Me refiero a todo cuanto llamo personalidad, ésta es parte y pertenece al mundo exterior y debe ocuparse de las cosas que no requieren ni iniciativa, ni experiencia interna. Sin embargo cuando se vive en el mundo de la personalidad, se cree que lo que sucede, nos sucede, que son nuestra propiedad y las asociaciones producidas en sus cerebros por dichos eventos, las consideran su vida interior.
Las 24 leyes existenciales que se aplican al funcionamiento de la personalidad son las iniciadas por un impulso existencial, lo que las pone en marcha no es esencial, puede o no suceder. El papel que debe jugar la personalidad es ocuparse de los sucesos que no requieren nuestra atención. Es al identificarse que las leyes de la esencia quedan atrapadas por las de la personalidad, así se pierde la independencia de una vida interior. La verdadera vida interior es independiente, pero no separada del mundo exterior, es un verlo desde arriba y no caer bajo la influencia de las leyes existenciales, comprendiendo que lo que nos sucede, no nos sucede personalmente sino que es lo único que pueden hacer los demás. Es sólo al ser independientes de los sucesos que pueden percatarse del mundo exterior sin distorsión.
En la personalidad nada es propio, por ello ha de ser estimulada, sexual, emocional, intelectual, físicamente, por ello no hacemos contacto directamente, así debería ser pero al poner el sentimiento de yo en las cosas, pierden de vista la realidad. Se ven las cosas a través de la imagen que adquirieron de ellas, así siempre caen en alguna experiencia anterior y dejan de ver lo que hay delante. Se baja todo a lo conocido por su mente sensual, no existe esfuerzo alguno por ver algo como es, nuevo y fresco, sino que terminan porque todo sea lo mismo y ustedes son presa de su rutina.
Si por un momento tienen un desplazamiento lateral que suspenda las leyes de la dependencia de la personalidad, la experiencia es diferente, viva y fresca, es como haber mirado miles de veces lo mismo y de repente lo comprendieran dando una experiencia interior, misma que contiene la certeza de certidumbre, con un sabor diferente que aleja toda duda. Es difícil pero posible esforzarse por ver las cosas, eventos y situaciones, libres, sin depender de palabras o de imágenes anteriores. El ser humano está diseñado para ello, para la experiencia esencial, pero por todo tipo de informaciones y conceptos e ideas adquiridas es robada y menoscabada la capacidad de ver. Dicho material adquirido es el que actúa, es decir, el que gobierna sus interacciones con el mundo y así da forma a la idea de ustedes mismos, quiénes son y de qué son capaces. Esto es lo que realmente existe para ustedes.
Quizá no quede claro que toda esa capa de material “pegado” a ustedes es necesario para la personalidad y no resta a la capacidad de la experiencia esencial, ya que la personalidad es relegada a su verdadero papel, subordinado a la esencia, a la capacidad de la experiencia directa y no la experiencia del instrumento. Una persona así está despierta y vive de frente a lo que hace.
En el mundo 24 lo que es verdad para el contacto con el mundo de su alrededor es también verdad para el contacto con sí mismo. En el mundo 48 su identidad está sujeta a experimentarse a sí mismos únicamente afirmándose frente a un impulso externo. Alguien los ofende y defienden su posición y “luchan” por sus derechos. La iniciativa está sujeta a un suceso externo. Esto carece de contenido interno. Es un tipo ficticio de identidad, es como una nuez, en su interior la esencia se halla limitada por la cáscara, la personalidad, la cáscara no es lo que vale en ella, al contrario la oculta, sin embargo en el caso del hombre, la personalidad se interpone y le hace creer al hombre que es real, por lo cual sigue en marcha. Ésta se nutre a través de la alabanza o la condena, si alguien los alaba, comienza a hincharse su ego, incluso internamente se sienten premiados por el “reconocimiento” a su “buena” labor.
En el mundo del ser, el 24, sí es posible estar consigo mismo de una manera espontánea, sin esperar nada a cambio de lo realizado. La propia identidad no está sujeta a los sucesos externos, sino que tiene que ver con nuestro estado interior, me refiero a la paz interior de haber hecho lo que se debe. En este mundo las 24 leyes tienen la particularidad de que uno se da cuenta de inmediato, tanto de lo que sucede, como de lo que está actuando. La pregunta es cómo llegar a ello, sé, por mi propia experimentación, que primero es preciso liberarse de los condicionamientos externos que los limitan, éste es el camino hacia una verdadera vida interna. Lo que se debe hacer debe ser hecho y esto debe estar siempre presente, de lo contrario la personalidad robará el beneficio, qué hacer, afirmo cambiar la relación equivocada con la vida, cómo, dejando de querer afirmarse sobre la base de resultados y cambios, dejando de confundir un estado, con una estación. Como lo he dicho, éstos se producen de manera diferente. Un cambio de estado no es directamente un proceso en el tiempo y el significado del tiempo es diferente, en los diferentes mundos.
La experiencia esencial es muy diferente a la de la personalidad, ya que nos permite vernos a nosotros mismos dando un sentido de momento presente siempre, en la personalidad el momento presente se escapa al pasado o al futuro, se siente que apenas se existe en el presente, esto se debe a las asociaciones, por ello se es incapaz de hacer un contacto real con los eventos pasados, del mismo modo se es incapaz de mantener una visión al futuro. Hablo de un divorcio de hecho entre pasado, presente y futuro, en el mundo esencial todo es hoy, estar bajo las leyes esenciales le da a los eventos una profundidad que nos permite sostenerlos. Es por ello que las experiencias de la esencia están siempre vivas, aquí es claro lo que ha de venir. Se tiene un lugar en el curso de los acontecimientos. Cuando es la personalidad la que domina, se está manipulado por sucesos externos, mismos que están fuera de su control y ciegos a las cosas que se hayan dentro de su control. No se ve cómo su estado interior puede influir en el exterior. Se vive de acuerdo a una línea mecánica del tiempo. En el mundo esencial se puede ver lo que es potencial, así como lo que es actual, lo cual da la posibilidad de una elección real, esto cambia el significado del tiempo.